Orientación

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En el camino de la vida surgen momentos de búsqueda, decisiones importantes, dudas de fe, crisis personales o familiares… No estamos solos. La parroquia quiere estar cerca de ti también en esos momentos, ofreciéndote escucha, consejo y acompañamiento espiritual.

Es un espacio de diálogo y discernimiento personal, donde puedes hablar con un sacerdote o agente pastoral sobre lo que estás viviendo, a la luz del Evangelio y de la acción de Dios en tu vida.

No se trata de dar soluciones mágicas, sino de caminar juntos, rezar juntos y ayudarte a ver con claridad y paz lo que Dios puede estar sembrando en ti.

• Si estás pasando por una crisis personal, familiar o de fe.
• Si necesitas discernir una decisión importante en tu vida (vocación, pareja, trabajo…).
• Si sientes que tu vida espiritual está apagada y deseas reconectarte con Dios.
• Si estás regresando a la Iglesia tras un tiempo alejado.
• Si quieres simplemente hablar con alguien que te escuche desde la fe.
• Si te sientes llamado a seguir a Jesús más de cerca y te preguntas si tu vocación puede ser la vida sacerdotal o religiosa.
• Si estás atravesando una situación económica muy difícil y no sabes por dónde empezar.

Algunas personas desean avanzar con más profundidad en su vida espiritual, cultivando una relación más íntima con Dios y buscando crecer con constancia en la fe. Para ello, ofrecemos la posibilidad de contar con un acompañamiento espiritual regular o dirección espiritual.

Este acompañamiento puede ayudarte a:

• Discernir la acción de Dios en tu día a día.
• Aprender a orar de manera más profunda.
• Superar dificultades o sequedades espirituales.
• Tomar decisiones importantes desde la luz del Evangelio.
• Crecer en libertad interior y madurez cristiana.

Se trata de un encuentro periódico (mensual o según se acuerde), con un sacerdote o agente pastoral preparado, en un clima de confianza, fe y discreción.

La familia es un regalo de Dios, pero también puede ser un lugar de tensión y sufrimiento. Si estás viviendo momentos de dolor o dificultades como:

• Problemas de pareja o separación.
• Conflictos con hijos o padres.
• Desacuerdos en la educación en la fe.
• Dificultades en la comunicación o la convivencia.
• Situaciones de violencia, abuso o maltrato (físico, emocional o espiritual).
• Preocupaciones por la estabilidad económica, la vivienda o el sustento diario.

No estás solo. Podemos escucharte, orientarte y acompañarte en un proceso de sanación, reconciliación o búsqueda de soluciones, desde la luz del Evangelio, el respeto a tu dignidad y la cercanía concreta de la comunidad cristiana.

“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.”

(Mt 11,28)

¿Has sentido alguna vez que Dios te pide algo especial? ¿Que tu vida puede estar llamada a una entrega total en el servicio del Evangelio?

Si estás en edad juvenil o adulta, y sientes en tu corazón un posible llamado al sacerdocio, la vida religiosa, consagrada o misionera, podemos ayudarte a discernir ese camino con libertad, oración y acompañamiento.

No hay presión ni decisiones rápidas. Solo un espacio donde caminar juntos, rezar y descubrir, poco a poco, qué quiere Dios de ti.

En estos encuentros vocacionales podrás:

• Profundizar en tu relación con Dios.
• Conocer los distintos caminos de vocación en la Iglesia.
• Escuchar testimonios de personas consagradas o seminaristas.
• Participar en convivencias, encuentros y espacios de oración.
• Discernir con calma si Dios te llama a entregar tu vida en un camino concreto de amor y servicio.

“Venid y lo veréis.” (Jn 1,39)

Así respondió Jesús a los que buscaban su camino. La vocación se descubre caminando.

“Maestro, ¿qué tengo que hacer para alcanzar la vida eterna?” (Mc 10,17)

Jesús sigue llamando. Solo hace falta escuchar… y abrir el corazón.

Si sientes que necesitas una confesión más personal, con más tiempo o guiada paso a paso, puedes pedir una cita para una confesión reflexiva.

Será un espacio tranquilo y sin prisas, para hablar con calma, reconciliarte con Dios y retomar el camino con alegría, incluso si no hay un pecado “grave”, sino simplemente el deseo de volver a empezar con el corazón limpio.

Si sientes la necesidad de hablar con alguien, puedes solicitar una cita con el sacerdote o con un agente pastoral de confianza. Estaremos encantados de escucharte con respeto, cercanía y confidencialidad.

Además, en algunos momentos del año, se ofrecen espacios de acompañamiento espiritual, encuentros vocacionales o retiros personales guiados, a los que también puedes unirte.