Comuniones

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La Primera Comunión es el momento en que un niño recibe por primera vez el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Es un paso muy importante en la vida cristiana, que sigue al Bautismo y forma parte de los sacramentos de iniciación.

Recibir a Jesús en la Comunión es abrir el corazón a su amor y aprender a vivir como Él: con fe, generosidad y alegría.

En nuestra parroquia, los niños se preparan con un proceso de catequesis que suele durar dos cursos escolares. Esta etapa no solo busca que los niños conozcan la doctrina, sino que vivan una experiencia de fe, de oración, de comunidad y de compromiso cristiano.

La catequesis incluye:

• Encuentros semanales con catequistas.
• Celebraciones adaptadas a su edad (Misa de las Familias, oración, momentos especiales del año litúrgico).
• Participación de las familias en algunos encuentros.
• Convivencias o actividades grupales según el calendario parroquial.

Para comenzar el proceso de preparación a la Primera Comunión, se necesita:

• Que el niño esté bautizado (si no lo está, puede prepararse también para recibir el Bautismo durante el proceso).
• Tener al menos 7 años o estar cursando 2º de Educación Primaria.
• Compromiso de asistencia regular a la catequesis y a la misa dominical.
• Inscripción en el despacho parroquial al comienzo del curso catequético (septiembre/octubre).

Los padres son los primeros educadores en la fe. Por eso, su implicación es esencial. Durante el proceso, también se les invita a participar en charlas formativas, momentos de oración, celebraciones especiales y encuentros con el sacerdote o los catequistas.

La Primera Comunión no es un acto social, sino un paso de fe. Por eso, el testimonio cristiano en casa y la vivencia de la Eucaristía dominical en familia es fundamental.

En algunas ocasiones, uno de los progenitores puede no compartir la fe, tener dudas o no estar de acuerdo con que su hijo reciba la Primera Comunión.

• En esos casos, la Iglesia requiere el consentimiento de los dos padres (o del tutor legal), el niño pueda comenzar la preparación, siempre que haya una verdadera intención de educarlo en la fe católica.

• Se recomienda hablarlo con respeto entre los padres, y si hace falta, acudir al sacerdote para recibir orientación y acompañamiento pastoral.

Nunca es tarde. Si un niño no ha podido recibir la Primera Comunión en la edad habitual, puede integrarse en un grupo adaptado según su edad y situación. También hay itinerarios especiales para adolescentes o incluso adultos que deseen recibir este sacramento.

Las celebraciones de la Primera Comunión suelen tener lugar en la parroquia durante el mes de mayo o junio, según el calendario y los grupos. Las fechas se concretan con antelación durante el curso, en coordinación con las familias.

¡No te preocupes! La Iglesia cuida estos casos con especial delicadeza. Existen formas especiales con bajo contenido de gluten, aprobadas por la Santa Sede, que permiten a los niños celíacos comulgar con seguridad y plena participación.

Si, por motivos médicos, tu hijo no puede recibir ni siquiera esas formas especiales, también es posible comulgar solo con el vino consagrado, ya que Cristo está presente plenamente tanto en el Cuerpo como en la Sangre.

Solo tienes que comunicarlo con antelación a la parroquia para que podamos prepararlo todo con cariño y respeto, y así tu hijo pueda recibir a Jesús con alegría y sin riesgo para su salud.

Si deseas que tu hijo comience la catequesis para la Primera Comunión, puedes contactar con el despacho parroquial o hablar con el sacerdote. Allí te indicarán:

• El calendario de inscripciones.
• La documentación necesaria.
• Las fechas de inicio del curso.
• Cualquier otra información que necesites.

La participación en la misa dominical es una parte esencial del camino de preparación para la Primera Comunión. Por eso, invitamos especialmente a las familias a participar cada domingo en la Misa de las Familias, que celebramos a las 11:00 (septiembre a junio).

Esta celebración está pensada especialmente para los niños de catequesis y sus familias. Se caracteriza por un lenguaje cercano, cantos participativos y homilías adaptadas a su edad, para que todos puedan comprender y vivir la Eucaristía con alegría.

Además, los niños no son solo espectadores, sino protagonistas: participan llevando las ofrendas, haciendo lecturas adaptadas, respondiendo en la homilía y colaborando en distintas partes de la liturgia. Todo esto les ayuda a sentirse parte de la comunidad y a prepararse con mayor profundidad para recibir por primera vez el Cuerpo de Cristo.

Asistir cada domingo a la misa no es solo un requisito: es una oportunidad para crecer en la fe en familia y descubrir el valor de celebrar juntos como Iglesia.

“Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis” (Mc 10,14)

Contacta con nosotros para conocer horarios, fechas y grupos de catequesis. ¡Estaremos encantados de ayudarte!