¡Enhorabuena! El matrimonio cristiano es una vocación de amor y una bendición de Dios. Mucho más que una ceremonia bonita, es un sacramento: una alianza sagrada entre un hombre y una mujer, que se entregan el uno al otro con la gracia de Cristo como fundamento y fuerza para toda la vida.
Casarse por la Iglesia es poner a Dios en el centro de la relación, y asumir el amor como una vocación vivida con fidelidad, apertura a la vida y entrega mutua. En ese vínculo sagrado, Cristo se hace presente y acompaña su amor con la gracia necesaria para vivirlo con alegría, perseverancia y fecundidad. Es también una celebración de fe y de comunidad: la Iglesia os acoge, os bendice y se compromete a caminar con ustedes en esta nueva etapa de vida.
1. Contactar con la parroquia
Es importante hacerlo con antelación (al menos 6 meses antes de la boda) para reservar la fecha y comenzar los trámites. Pueden acudir al despacho parroquial o enviar una solicitud desde esta web.
2. Preparación para el matrimonio
La Iglesia ofrece un camino de preparación que ayuda a vivir este sacramento con profundidad. Incluye:
Este itinerario no es un trámite burocrático, sino una oportunidad para fortalecer el vínculo, crecer en el diálogo y prepararse espiritualmente para el compromiso que van a asumir.
3. Organización de la celebración
La boda puede celebrarse dentro de una Eucaristía (si ambos son católicos practicantes) o en una liturgia de la Palabra. Podrán elegir lecturas, cantos y signos litúrgicos con la ayuda del sacerdote o del equipo parroquial.
Para contraer matrimonio cristiano se requiere:
Es posible celebrar el matrimonio si uno de los miembros pertenece a otra confesión cristiana o no tiene fe. En estos casos, el sacerdote acompaña a la pareja para discernir cómo vivir este compromiso con respeto y verdad.
Cuando se trata de un matrimonio mixto o con disparidad de culto, se requiere una dispensa, y el miembro católico ha de comprometerse a hacer todo lo posible para que los hijos sean bautizados y educados en la fe católica, como expresión del compromiso con la transmisión de la fe.
La Iglesia os acoge con cariño y sin prejuicios. El sacramento del matrimonio no es un premio a los perfectos, sino una gracia que fortalece vuestro amor. Si ya convivís, si tenéis hijos o venís de situaciones familiares complejas, no tengan miedo de acercarse. El sacerdote les escuchará y orientará con cercanía y comprensión.
No hay un “precio” para recibir un sacramento. Sin embargo, se pide tasa estipulada por la Diócesis de Canarias, que ayuda a sufragar los trámites y gastos de la parroquia (decoración del templo para la ocasión, luz, flores, limpieza, mantenimiento…).
Con el paso de los años, muchas parejas sienten el deseo de renovar su compromiso, ya sea con motivo de un aniversario (como las bodas de plata o de oro), después de superar alguna etapa difícil, o simplemente como gesto de amor y gratitud.
Esta renovación no es un nuevo sacramento, sino una bendición solemne, que puede realizarse en una Eucaristía o en una celebración más íntima. Es una ocasión preciosa para:
Contacta con nosotros. Estaremos encantados de escucharte, orientarte y acompañarte en este camino de fe y amor.
Parroquia Santa María del Pino
Copyright © 2025 Santa Maria del Pino - Todos los derechos reservados.