El Bautismo es el primer sacramento de la vida cristiana. Por él somos liberados del pecado, renacemos como hijos de Dios, nos incorporamos a Cristo y pasamos a formar parte de la Iglesia. Es la puerta de los demás sacramentos, y nos configura como miembros vivos del Cuerpo de Cristo.
«El que crea y se bautice, se salvará» (Mc 16,16)
En nuestra parroquia, los bautizos suelen celebrarse:
Para el bautismo de un niño o bebé, se requiere:
“El Bautismo de los niños requiere que haya una esperanza fundada de que serán educados en la fe católica” (CIC 868 §1)
Cuando el bautismo se solicita por un adulto, el proceso es distinto:
Ser padrino o madrina no es solo un honor, sino una misión de acompañamiento espiritual. Se espera que ayuden al bautizado a crecer en la fe, y que sean testimonio vivo de vida cristiana.
Por ello, los padrinos deben:
Se espera que vivan en coherencia con la fe católica y las enseñanzas de la Iglesia, incluyendo su situación personal, vida sacramental y familiar, de modo que puedan ser verdaderos modelos y apoyo espiritual para el bautizado.
La Iglesia Católica acoge con alegría a quienes desean recibir el Bautismo o profesar su fe en la Iglesia viniendo de otras realidades religiosas o espirituales. Estos son algunos aspectos a tener en cuenta:
Si nunca has sido bautizado
Ya sea por venir del ateísmo, agnosticismo u otra religión no cristiana, puedes recibir el sacramento del Bautismo después de un tiempo de preparación espiritual y catequética (el llamado catecumenado).
Este camino ayuda a conocer el Evangelio, la fe de la Iglesia y vivir una experiencia de comunidad antes de recibir los sacramentos.
Si ya fuiste bautizado en otra denominación cristiana
La Iglesia Católica reconoce como válido el Bautismo administrado en otras confesiones cristianas (por ejemplo, ortodoxos, anglicanos, luteranos, etc.), si se hizo con agua y en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En ese caso, no se repite el Bautismo. El proceso de incorporación a la Iglesia se hace mediante una profesión de fe, la Confesión y la Confirmación, una vez completada la preparación.
“Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” (Ef 4,5)
¿Qué hacer en estos casos?
Acércate a nuestra parroquia. El sacerdote podrá orientarte personalmente sobre el camino más adecuado según tu caso, y acompañarte con cercanía y respeto.
En ocasiones, uno de los padres puede ser católico y el otro pertenecer a otra religión, a una denominación cristiana distinta, o incluso no tener creencias religiosas. También puede suceder que uno desee bautizar al hijo y el otro no esté convencido.
En estos casos:
“El Bautismo de los niños requiere que haya una esperanza fundada de que serán educados en la religión católica” (CIC 868 §1)
Matrimonios mixtos (entre católicos y no católicos):
El bautismo del hijo es posible si el padre o la madre católica asume la responsabilidad de transmitirle la fe.
La Iglesia respeta profundamente la fe o postura del otro cónyuge, pero recuerda que el compromiso bautismal implica una educación cristiana coherente.
Para solicitar el Bautismo, te invitamos a ponerte en contacto con el sacerdote o con cualquier voluntario de la parroquia para conocer los horarios del despacho parroquial y allí coordinar la preparación y celebración.
“Por el Bautismo nos convertimos en luz del mundo y sal de la tierra. ¡No dejemos apagar esa llama!”
En situaciones de grave urgencia o peligro de muerte, cualquier persona puede bautizar válidamente, incluso si no es sacerdote, diácono o católico, siempre que tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia.
¿Cómo se hace?
“Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.”
Es importante verter el agua mientras se dice la fórmula, no antes ni después.
¿Qué hacer después?
“El bautismo es necesario para la salvación de los que han oído el Evangelio” (cf. Mc 16,16; CIC 1257)
Un recordatorio pastoral
Este tipo de bautismo no sustituye al bautismo celebrado normalmente en la comunidad parroquial. Se trata solo de una medida extraordinaria para situaciones excepcionales, especialmente en peligro de muerte.
Parroquia Santa María del Pino
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