En medio del ritmo acelerado de la vida, la adoración al Santísimo es una invitación a detenerse, silenciar el corazón y mirar a Cristo. Jesús está verdaderamente presente en la Eucaristía, y ante su presencia, todo se transforma.
Es un momento de oración personal ante el Santísimo Sacramento expuesto en la custodia. No hace falta decir muchas palabras: basta con estar, con mirar y dejarse mirar por Él. Es una forma profunda de intimidad con Dios, donde puedes presentar tus alegrías, tus heridas, tus dudas y tus decisiones.
“El silencio ante el Santísimo es un lenguaje de amor” (San Juan Pablo II)
Cada primer viernes de mes a las 18:00, la parroquia celebra el Vía Crucis, seguido de un tiempo de adoración al Santísimo.
Es una oportunidad preciosa para unirnos al sufrimiento de Cristo y luego permanecer con Él, en silencio, en su presencia viva en la Eucaristía.
Puedes venir unos minutos o quedarte toda la hora. No importa cuánto tiempo estés: lo importante es venir con el corazón abierto.
Periódicamente, también organizamos adoraciones adaptadas para grupos de catequesis, adolescentes o familias, con cantos suaves, silencio guiado y palabras sencillas que les ayudan a descubrir el valor de estar con Jesús.
El sagrario es el lugar donde se reserva la Eucaristía, es decir, donde se guarda el Cuerpo de Cristo consagrado durante la Misa, cuando no está expuesto en adoración. Se encuentra normalmente en un lugar destacado del templo, a menudo cerca del altar, dentro de un tabernáculo o caja dorada, muchas veces acompañado por una lamparilla encendida que indica la presencia real del Señor.
Este lugar sagrado es llamado también, en sentido profundo, el “Sancta Sanctorum” (Santo de los Santos), recordando el lugar más sagrado del templo de Jerusalén, donde habitaba la presencia de Dios. Para los católicos, el sagrario es hoy ese lugar de máxima reverencia, porque allí Jesús mismo está verdaderamente presente.
Por eso, al entrar en la iglesia, nos arrodillamos o hacemos una genuflexión mirando hacia el sagrario, como señal de adoración y amor.
Allí puedes acudir siempre que necesites un momento de oración, consuelo o encuentro con Cristo en el silencio. Él está vivo y te espera en el sagrario.
“Aquí está el corazón del templo. Jesús Eucaristía, presente y cercano, escondido por amor.”
Aquí tienes algunas ideas si no sabes cómo comenzar:
“Quédense en silencio ante el Señor” (Habacuc 2,20)
Parroquia Santa María del Pino
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